Forma: cuadrilongo, el borde superior ondeado, apuntado, timbrado, con grueso filete de sable.
Trae en campo único sobre tapiz de plata del flanco diestro al cantón siniestro del jefe terciado en franja de azur celeste, plata y azur celeste cargadas con el busto de sable orientado a la siniestra de una personalidad.
En la faja de la punta un lema toponímico de letras capitales romanas de sable en cuatro líneas a la diestra y un árbol foliado de sinople y tronco de su color.
Enmarcando el blasón sobre el filete desde la punta a los flancos un ramo de olivo a la diestra y de olivo a la siniestra foliados de sinople frutados de gules.
Ornamentos: como timbre un sol naciente con veinte rayos rectos de diferente tamaño alternados de oro.

En su forma representando un marco visual solemne y en armoniosa perennidad.
El fondo visual del campo inferior es de color blanco, expresión de dignidad y transparencia del carácter humano de nuestro pueblo.
En la parte superior iconográfica resalta el elevado símbolo de nuestra Enseñanza Patria, divisa y presencia de Argentinidad.
El perfil del ilustre General Juan Domingo Perón sobre la Bandera Nacional sintetiza el nombre de nuestro distrito y la elevada consideración a la figura de quien fuera tres veces Presidente Constitucional de los argentinos, exaltando a su vez los colores patrios.
En su vértice inferior derecho del plano, un árbol de variado simbolismo; evoca en su verdor la vida, sueños, luchas y esperanzas que nuestra emergente comunidad expresa en su tránsito existencial cotidiano y elevado al futuro a su vez que hunde sólidas raíces en el solar nativo y se impulsa en savia vivificante y bienhechora.
En el límite inferior se escribe el nombre distrital reconocido PARTIDO DE PRESIDENTE PERÓN.El contorno inferior de la figura se enmarca en ambos costados entrecruzándose abajo con ramas de laurel y olivo, símbolo de Victoria y Glorias Nacionales que la historia de nuestro pueblo ha conquistado.
Un sol naciente y radiante preside la escena superior externa, encarna la luz y la expresión magnífica de la vida que nace y permanece sin solución de continuidad alumbrando el quehacer de los tiempos promisorios y límpidos de la comunidad del flamante y naciente pueblo.